incontinencia urinaria

Tratamiento fisioterapéutico de la incontinencia urinaria de esfuerzo

¡Hola de nuevo! Como comentamos en el post sobre disfunciones de suelo pélvico, la incontinencia urinaria es una de las patologías de suelo pélvico más comunes que afectan sobre todo a las mujeres de edad avanzada, siendo la incontinencia urinaria de esfuerzo la más prevalente (afecta a alrededor del 20-30% de las mujeres jóvenes en España, y a un 30-50% de las mujeres de edad más avanzada). ¡Ojo! También afecta a los hombres, aunque es una proporción más baja, como muestra la siguiente gráfica extraída de un estudio publicado en Octubre de 2010.

Hoy nos centraremos en la incontinencia urinaria de esfuerzo y en tu tratamiento desde el punto de vista de la fisioterapia.
La incontinencia urinaria de esfuerzo de define como la pérdida involuntaria de orina durante la realización de un esfuerzo o ejercicio, como puede ser la tos, correr, un estornudo, coger algo del suelo, o incluso cambiar de posición en la cama.

Como ya explicamos, la causa principal puede ser una distensión y falta de fuerza en músculos, ligamentos y fascias que sostienen el suelo pélvico, junto a un mal cierre del esfínter interno de la uretra.

Además, es una patología que causa muchas limitaciones en el entorno biopsicosocial de la mujer; conllevando complejos y afectación en el componente psicológico de la paciente.

Así que… ¡Pongámosle remedio!
Desde la fisioterapia podemos abordar los diferentes tipos de incontinencias urinarias, aumentando así la calidad de vida de nuestras pacientes y ayudando a su autoestima y percepción de su propio cuerpo.

Tras una correcta entrevista inicial con la paciente, una buena exploración y un correcto diagnóstico, podemos establecer un buen plan de tratamiento adaptado e individualizado para cada paciente.

De cara al tratamiento, la fisioterapia nos da una gran amplia variedad de recursos que podemos utilizar:

  • Terapia manual. Gracias al masaje perineal podemos relajar la musculatura que esté demasiado tensa o a eliminar adherencias que se hayan podido ocasionar por cicatrices (episiotomías, por ejemplo) que afecten a la funcionalidad del suelo pélvico.
  • Gimnasia abdominal hipopresiva y Pilates terapéutico para fortalecer CORE y musculatura profunda de suelo pélvico.
  • Ejercicios de liberación del diafragma, que influye directamente en las presiones que recibe el suelo pélvico debido a la relación directa que tiene con la respiración.
  • Electroestimulación y biofeedback, para favorecer el aprendizaje de los ejercicios y el control de la musculatura.
  • Neuromodulación del nervio tibial posterior, para regular la contracción y reclutar actividad en el suelo pélvico.

Ejercicios de respiración, mejora de la postura y conciencia corporal, del control motor pélvico, y de la estabilidad del CORE.
Así pues, la fisioterapia nos ofrece una amplia batería de ejercicios que pueden poner fin a esta molesta disfunción del suelo pélvico, rodeada de tabúes y vergüenzas.

¡Cuida tu cuerpo y tu suelo pélvico, ponte en manos de la fisioterapia!

Rosa Mª Cara López Fisioterapeuta colegiada nº 9032

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